sábado, 7 de enero de 2012

Vacuidad y estulticia: Trastorno espiritual

La vacuidad
DEFINICIÓN
Es la carencia de contenido espiritual en la persona; un foso profundo en la
interioridad humana. La orfandad de amor a sí mismo e incapacidad de amar al prójimo sumerge a la persona en una inmensa soledad, sensación de inexistencia interior, en el sin sentido de la existencia y ausencia de un proyecto de realización personal; al igual que en la egolatría, infelicidad y permanente actitud evasiva, en una búsqueda insaciable de felicidad artificial.

CAUSAS PROBABLES:
• Desamor familiar.
• Decadencia de la institución familiar.
• Paternidad asistencialista.
• Ausencia de paradigmas auténticos.
• Íconos fatuos.
• Entronización de la vida materialista.

La vacuidad se caracteriza por la sensación de inexistencia interior, soledad, hastío, carencia de voluntad de sentido (Frankl, 1994, 2000 y 2003), de sentido de existencia (Frankl 2001, 2003) y de proyecto de vida, asociado a la soberbia compensatoria de la baja autoestima.

La Estulticia
Es el refugio de la vacuidad. Por ello, el estulto realiza infinidad de actividades
necias y fatuas que él valora como esenciales. Con fanatismo, desenfreno, apego desmedido o irracionalidad, desarrolla una serie de actividades banales a las cuales convierte en estilos de vida esnob personales. Así, consagra su vida a asistir a conciertos musicales, campamentos, discotecas, playas, gimnasio o competencia de carreras clandestinas de autos.
Su vida gira alrededor de estos escapes frívolos, a los cuales se adhiere irracionalmente, sin posibilidad de salir por sí mismo.
Los refugios con mayor compromiso patológico son la militancia en las barras bravas, pandillas juveniles, grupos de “pirañas” (delincuentes infantiles), bandas
de asaltantes, adicciones, vagancia inveterada, doble vida, esclavitud espiritual en grupos rasta (naturalistas) o sectas de fanatismo religioso.
La palabra estulticia proviene del término latino stultitia, necedad o falta de inteligencia.
Erasmo de Rotterdam utiliza este concepto para satirizar con mordacidad e ingenio las desviaciones de la iglesia católica de su tiempo en su obra titulada en griego, Morias Enkomion.

Entre las consecuencias de este trastorno espiritual estan las siguientes:
• Consumismo irracional.
• Deshumanización social masiva.
• Estilos de vida materialista.
• Hedonismo.
• Sensualidad.
• Mercantilismo mediático.
• Corrupción indiscriminada.
• Disrupción del tejido social.

OTROS PUNTOS DE INTERES
Boris Cyrulnik (2005) afirma que “se necesita amor para que el niño se interese en el mundo, luego se necesita que el amor muera para que el niño se convierta en una persona, para educarlo, es decir llevarlo fuera de sí. Sin amor, las cosas no adquieren sentido. Pero cuando el amor no se apaga, la fusión crea un mundo siamés” (simbiótico). Este mismo autor acota que “cuando la madre muere, enferma o se deprime y la familia o la cultura no organizan un sustituto materno, el medio sensorial del niño se empobrece enormemente.

La creación de los circuitos cerebrales cortos se hace más lenta. El empobreci-miento del medio, provocado por el sufrimiento de la madre o por la deficiencia cultural explica una parte de las atrofias frontolímbicas. Estos niños que se encuentran en la situación de carencia afectiva quedan privados de las estimulaciones biológicas iniciales” (Cyrulnik, 2007).

Muchos jóvenes en la posmodernidad pertenecen a la generación vacua. Proceden de
familias disfuncionales a cuyos padres, mayormente, solo les interesan los aspectos
materiales y financieros.

Estos trastornos espirituales, la vacuidad y la estulticia, mayormente, son atribuibles a los padres que se enajenan emocionalmente de sus hijos, no los forman espiritualmente ni se interesan generalmente por su desarrollo humano integral. Comúnmente se limitan a endosar a sus hijos a terceras personas o a instituciones tutelares para que se encarguen de su crianza y satisfacción de necesidades, y suelen ser criados por la trabajadora del hogar, abuelos, otros familiares o en guarderías. Por este motivo, los padres comúnmente desconocen cómo se encuentran sus hijos espiritualmente.

La globalización tiene como bien la sociedad del conocimiento y como contraparte
la vacuidad y la estulticia.

En la sociedad de la vacuidad y la estulticia prevalece la vida materialista y hedonista.
La vida materialista y hedonista es el germen de una sociedad no ética y amoral.
La insensibilidad social se masifica en la sociedad no ética.
La deshumanización masiva conduce a una sociedad decadente.
Hay parcialmente una inconciencia social sobre la decadencia de la sociedad humana.
Urge revertir la sociedad de los antivalores, rehumanizándola cuanto antes.
Los líderes locales, nacionales y mundiales se muestran indolentes ante el fenómeno
de la vacuidad y la estulticia.

EL AFRONTAMIENTO DEBE SER HOLÍSTICO
1) la vida tiene sentido en todas las circunstancias,
2) el ser humano es dueño de una voluntad de sentido y se siente frustrado o vacío cuando deja de ejercerla, y
3) la persona es libre dentro de sus obvias limitaciones, para consumar el sentido de su existencia.

Se ha propuesto:
• Contrarrestar la cultura de la banalidad con lectura y arte.
• Cultivar el amor familiar sostenido.
• Practicar la comunicación familiar auténtica.
• Ejercer la paternidad responsable.
• Desarrollar la espiritualidad plena.
• Practicar estilos de vida saludables.
• Fomentar el hogar saludable.
• Desapego de la vida materialista.

PREVENCIÓN
• Detección precoz y manejo de los desajustes familiares.
• Supresión de la televisión basura en el hogar.
• Control temprano del ciberabuso.
• Desarraigo de los círculos amicales sin valía espiritual.
• Supresión de la cultura escatológica (sucia) en el seno de la familia.
• Erradicación de los estilos de vida malsanos.
• Romper la incomunicación familiar.

PROMOCIÓN
Se propone desarrollar las siguientes acciones de promoción de la salud espiritual:
Lectura educativa en base a obras clásicas y modernas, formativas.
• Cultivar las artes: música saludable, pintura, poesía, teatro, deporte.
• Desarrollar la escala axiológica.
• Practicar la meditación, reflexión y la autocrítica.
• Promover la sociedad ética.
• Ofertar paradigmas familiares y sociales adecuados.
• Promover el desarrollo del amor familiar.
• Fortalecer la institución familiar.
• Acceder al círculo virtuoso de amigos.
• Desarrollar la cultura de la felicidad.

Por Martín Nizama V.

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