viernes, 1 de junio de 2012

El cerebro humano, un circuito en red

El cerebro humano está organizado en una sencilla y lógica estructura de red tridimensional, según afirma un grupo de investigadores estadounidenses en un artículo publicado en Science. Las conexiones del cerebro parecen cruzarse en ángulos rectos, sin diagonales, de forma muy parecida a las calles de una ciudad bien organizada.
Los investigadores usaron un tipo especial de resonancia magnética (Connectom) para examinar el cerebro humano y de cuatro tipos distintos de monos. La nueva tecnología provee diez veces más detalles que los escáneres convencionales. Las conexiones del cerebro aparecen más como cables planos, hojas bidimensionales de fibras neuronales paralelas que se cruzan en ángulos rectos, como la trama de un tejido. Los primates parecen compartir esta estructura neurológica básica ya que la estructura de red es continua y coherente en todas las escalas. Además, el cerebro podría ser tan flexible que se reconectara a sí mismo constantemente, según surgiera la necesidad.
Los autores creen que, durante el desarrollo, el cerebro se organiza en vías perpendiculares con una orientación horizontal, vertical y transversal. Este tipo de organización guiaría a las fibras nerviosas en crecimiento para hallar conexiones adecuadas y también cambiaría según lo demandara la evolución.
Van J. Wedeen, V. Rosene, D. Wang, R. et al. The Geometric Structure of the Brain Fiber Pathways. Science 30 March 2012; 335(6076):1628-1634.





Nuevas funciones en las regiones del cerebro responsables de apreciar el movimiento

Científicos alemanes han descubierto nuevas funciones en las regiones del cerebro responsables de la percepción estable del mundo durante los movimientos de persecución de los ojos.

Con la ayuda de la resonancia magnética funcional (RMf) han identificado dos áreas del cerebro (V3A y v6) que comparan los movimientos del ojo con los movimientos visuales proyectados en la retina, para percibir correctamente los objetos en movimiento.

Los participantes en el estudio debían observar varios escenarios visuales durante la exploración por RMf, como seguir con los ojos un pequeño punto que se movía de un lado a otro de una pantalla. El fondo del modelo se encontraba estacionario o bien se movía a distintas velocidades. En otras ocasiones, el punto era estacionario, mientras que sólo se movía el fondo.

Midiendo la actividad cerebral se observó que las áreas V3A y V6, a diferencia de otras áreas visuales del cerebro, tenían una acusada capacidad para comparar los movimientos de los ojos con las señales visuales en la retina.

Estos hallazgos sugieren una contribución dominante de áreas humanas V3A y V6 en la percepción de movimiento cuando la cabeza esta fija en el centro y a la estabilidad perceptual durante movimientos oculares.
b. para distiguir la zona de V6

Elvira Fischer, Heinrich H. Bülthoff, Nikos K. Logothetis, Andreas Bartels. Neuron, 2012; 73:(6) 1228-1240.

Las dietas pobres en pescado favorecen la reducción del volumen cerebral

Un estudio con resonancias magnéticas llevado a cabo en la Universidad de California-Los Ángeles (EEUU) ha constatado que las personas que consumen menos pescado en su dieta presentan un menor volumen cerebral, equivalente a dos años de envejecimiento estructural del cerebro.

 Los investigadores escogieron a participantes del estudio Framingham (famosa investigación que se inició en 1948 con el fin de identificar los factores de riesgo comunes y característicos de las enfermedades cardiovasculares) que no tuvieran demencia. La muestra estaba compuesta finalmente por 1.575 varones y 854 mujeres, con una edad media de 67 ± 9 años. Todos ellos se sometieron a una resonancia magnética del volumen cerebral y a una serie de tests cognitivos, y se tuvieron en cuenta los niveles sanguíneos de DHA y EPA, dos tipos de ácidos grasos omega-3.

 Las pruebas revelaron que los sujetos con menores niveles de DHA tenían un volumen cerebral menor en comparación con aquellos que consumían mayores cantidades de pescado en la dieta. Además, quienes menos ácidos grasos omega-3 ingerían eran quienes alcanzaban una puntuación más baja en los tests de función ejecutiva y poseían una menor memoria visual.

Tan ZS, Harris WS, Beiser AS, Au R, Himali JJ, Debette S, Pikula A, Decarli C, Wolf PA, Vasan RS, Robins SJ, Seshadri S. Red blood cell ω-3 fatty acid levels and markers of accelerated brain aging. Neurology. 2012 Feb 28;78(9):658-64.

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